Un encuentro para dialogar la salud auditiva y la inclusión
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Un encuentro para dialogar la salud auditiva y la inclusión
Con el fin de impulsar la inclusión y la salud auditiva, se llevó a cabo el VI Encuentro Internacional de Cultura Auditiva, en el que expertos abordaron las desigualdades que enfrentan las personas con distintas capacidades y compartieron propuestas para generar espacios accesibles para todos.
Diana Alonso
“La inclusión es un tema que nos toca a todos. No se trata sólo de un objetivo alcanzar, sino de un derecho fundamental que cada ser humano merece. Cada persona, independientemente de sus capacidades y contextos, tiene el derecho de ser escuchada con todos los sentidos, valorada y respetada”.
Con estas palabras, Efraín Jiménez, director del Centro Universitario de Incidencia Social (Coincide), dio inicio al VI Encuentro Internacional de Cultura Auditiva, en el marco del Día Mundial de la Audición.
La actividad, organizada por el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) Escucha México: Estrategias Gráficas y Cultura Auditiva, reunió las voces de expertos y personas que han vivido de cerca las implicaciones de la pérdida auditiva, con el objetivo de generar diálogos alrededor de la salud, la inclusión desde el deporte, el diseño y la educación.
“Cada uno y una de ustedes trae consigo una perspectiva única y valiosa. Juntos y juntas podemos generar un impacto significativo en la vida de muchas personas”, dijo Jiménez e invitó a celebrar la diversidad y a romper los estigmas que aún persisten en la sociedad sobre las personas con distintas capacidades. Un ejemplo de esto es el audismo, concepto originado en la década de los setenta referente a la discriminación hacia personas sordas o con pérdida auditiva. También alude al comportamiento de superioridad por parte de los individuos oyentes.
Después de su intervención, comenzó el panel “Inclusión educativa”, que contó con la presencia de académicos de todo el país, quienes compartieron los retos que han experimentado en la construcción de espacios accesibles para la comunidad, así como los logros y proyectos que se han desarrollado a partir de esta búsqueda.
"Solo 4.9 por ciento de la población con discapacidad accede a una carrera universitaria”, mencionó Beatriz Ulloa, de la Ibero Ciudad de México. Este porcentaje, obtenido de un estudio enfocado en la propia institución, evidencia las escasas oportunidades y dificultades que enfrenta este sector para acceder a los estudios superiores.
Debido a que el hecho anterior es resultado de toda una estructura que ha obstaculizado el desarrollo pleno de las personas con distintas capacidades, los participantes reconocieron que los esfuerzos por la inclusión deben estar presentes desde la infraestructura de un campus, hasta los procesos de inscripción.
Gilberto Gutiérrez, profesor del ITESO, añadió que “es importante resaltar que hay una ausencia de política pública en materia de educación que no ha permitido una evaluación y seguimiento adecuados de cómo las universidades han respondido en el tema de la inclusión”.
A partir de estas ideas los académicos compartieron las iniciativas desarrolladas en sus planteles. Silvia González, de la Ibero Torreón, mencionó que el reciente II Encuentro de Homólogos y Equivalentes del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) fue un paso importante para establecer un protocolo estandarizado y crear una red dedicada a estos temas, ya que en la actualidad los procedimientos varían en cada universidad.
Oscar Rojas, de la Ibero Puebla, compartió que cuentan con un programa de tutorías basado en la cura personalis. Este programa no solo está dirigido a alumnos neurodivergentes o con capacidades distintas, sino a cualquier persona que necesite acompañamiento. La cura personalis es una frase latina que significa "cuidado de la persona en su totalidad", propia de la filosofía jesuita.
Gutiérrez concluyó que la vinculación con asociaciones civiles es un medio importante para el impulso de nuevas leyes. Afirmó que los cambios siempre deben hacerse junto a las personas con distintas capacidades, por medio de la metodología participativa, la cual es implementada por el ITESO a través de focus groups, talleres y conversatorios.
“La inclusión no es un destino, sino un proceso continuo. Cada paso que damos hacia la inclusión es un paso hacia un futuro más justo y equitativo. Debemos seguir trabajando juntos, no solo estos dos días, sino también en nuestras comunidades universitarias, espacios de trabajo y en nuestras vidas cotidianas. La verdadera inclusión se logra cuando todos nos comprometemos a ser agentes de cambio”, dijo Jiménez al final de su discurso de inauguración.
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